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Para comienzos de la primera década del siglo XX, Europa completa se hallaba inmersa en una evidente, pero secreta batalla armamentista. Viejos rencores, sed de revanchas y ambiciones territoriales, hacían inevitable una guerra que nadie parecía declarar. Sin embargo, la muerte del Archiduque Francisco Fernando (28 de junio de 1914), fue el detonante que embarcó al planeta en una guerra de espantosas consecuencias. |